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Author: Miguel Cerna

Revivirán los fandangos jocotepenses

Miguel Cerna.- ¿Te has preguntado cómo se bailaba hace 50 o 100 años en Jocotepec?, ¿Cómo eran los mencionados fandangos y que música se escuchaba? Gracias a una puesta en escena que prepara el bailarín Daryel Fabián Romero Fuentes, lo sabremos.

Con la intención de devolver a los jocotepenses la tradición dancística y musica perdida, surgió el proyecto titulado “Tenderete en el petate”, que fue beneficiado con el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA, 2020) para su realización.

Debido a que su abuelo Maximino Fuentes, conocido popularmente como “Chimino”, fue uno de los mejores bailarines de su época, desde hace 10 años la inquietud por conocer, documentar y representar lo que fueron los fandangos en el pueblo y la región, se instaló en la mente de Daryel Fabián quien poco a poco comenzó a consultar a adultos mayores, así como a los diferentes cronistas del municipio para recrear la forma en la que se bailaba hace más de 70 años.

“En esta obra se trata de rescatar la mayoría de la tradición de Jocotepec en este ámbito dancístico y musical, así como de costumbres y tradiciones del pueblo. Todo esto con base a lo que me han contado puros ancianitos; he entrevistado muchísimos y hasta a una persona de 106 años de Huejotitán”, comentó.

Daryel Romero inició su formación oficia en danza folclórica a los 8 años en Jocotepec.

Romero Fuentes es un bailarín jocotepense de 33 años e integrante del Grupo Folklórico Ciudad de Guadalajara, inició su trayectoria con tan solo ocho años en el Grupo Folclórico Jocotepec en 1995; posteriormente dirigió este mismo ballet de 2007 a 2010, cuando emigró a Guadalajara para continuar con su formación.

Tenderete en el petate es un obra dividida en cinco parte que busca representar y revivir los fandangos más importantes que se realizaban en Jocotepec en los siglos XIX y XX: La Fiesta del Señor del Monte, El Fandango de la Plazuela, El Carnaval, El Sarao en la Hacienda de Huejotitán y Jalisco Ribereño Contemporáneo.

Más que ver el cuadro dancístico/musical en un escenario, para Daryel Romero lo verdaderamente valioso del trabajo es revivir una tradición extinta, pues a través de talleres se buscará enseñar a chicos y grandes a bailar como en “denantes”, en los auténticos fandangos que ahora solo viven en la memoria de pocos adultos mayores del municipio y de la región.

Si la pandemia lo permite, la obra se estrenará en enero del próximo año, en el marco de las Fiestas de Enero en Honor al Señor del Monte.

Así era el Lago de Chapala hace 400 años

Miguel Cerna.- La mayoría de los que vivimos alrededor del Lago de Chapala, hemos escuchado relatos de personas mayores sobre aguas cristalinas, abundancia de peces y de una inmensidad inconmensurable pero, ¿Cómo era realmente el lago hace más de 400 años?

A través de las crónicas escritas por los colonialista que visitaron la zona tras la conquista española, nos podemos echar un chapuzón al pasado para conocer sus impresiones sobre el lago, que desde ese tiempo y hasta la fecha, sigue asombrando a propios y extraños por su belleza y riqueza natural.

La primera descripción aparece en el libro escrito por Juan López de Velazco entre 1571 y 1574 titulado Geografía y descripción universal de las Indias, donde hablaba de “la laguna que dicen de Chapala, por un pueblo de indios deste nombre que está en sus riberas, la cual tendrá más de veinte leguas de boj y es muy fondable y de muy buen agua y mucho y buen pescado, y cuando corre viento hace tormenta como en la mar, tiene unas isletas dentro della”.

Años después, en 1586 fray Alonso Ponce llegó a la ribera de la laguna y también le pareció parecida al mar, pues era “muy hondable y levantaba grandes olas como si fuera mar y su agua dulce y muy delicada y maravillosa de beber; críanse en ella muchos y muy buenos bagres, muy sanos y sabrosos y otros pescados buenos de comer”.

Para principios de siglo XVIII, el obispo fray Alonso de la Mota y Escobar escribió en su Descripción geográfica de los Reinos de la Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo León las siguientes características sobre el lago:

“El agua dulce y delicada sobre manera, que por tal se bebe en cuantos pueblos tiene en sus riberas, que son muchos; es muy hondable que se pudiera en partes navegar seguramente con navíos de buen porte; limpia sobre manera, que no cría en sí yerba alguna en que se parece a la mar, y aún en enojarse como ella, teniendo sus tempestades no como quiera, y quiebran sus olas de tumbo en la costa que hace muy gran ruido. Cría entre otros peces unos que los indios llaman en su lengua mexicana amilotes y el español le llama pescado blanco”.

Vista al lago desde la Cruz Grande del cerro de Jocotepec.

Estos tres visitantes coincidieron en la limpieza de sus aguas, su gran variedad de peces y su belleza similar a la del mar, por tales motivos podemos comprobar que lo que nos han contado nuestros ancestros fue cierto: nuestro lago tuvo mejores tiempos, en los que la contaminación no era su rasgo característico.

En nuestras manos estará la responsabilidad de entregar a las futuras generaciones un mejor lago del que recibimos; aunque su belleza se sigue conservando intacta.

Con información del libro: Los Pueblos de la Ribera del Lago de Chapala y la Isla de Mezcala durante la Independencia (1812-1816), de Carmen Castañerda (2006).

Costó menos de 40 mil pesos la escuela Paulino Navarro

Miguel Cerna.- ¿Te imaginas poder construir un gran edificio con menos de 50 mil pesos? Con 40 mil, el municipio de Jocotepec mandó edificar en 1945 la escuela Paulino Navarro.

Aunque anteriormente se creía que esta construcción era propiedad de Gobierno del Estado, hallazgos recientes en el Archivo Municipal muestran que la obra se financió con dinero del pueblo.

En total, el inmueble ubicado en la esquina de las calles Migue Arana y Guadalupe Victoria, y que albergó por más de 70 años a la institución educativa hasta el 2017, tuvo un costo de 39 mil 875 pesos, incluyendo la mano de obra de los cientos de albañiles que participaron en su construcción.

Documento extraído del Archivo Histórico de Jocotepec.

75 mil ladrillos de medio adobón, 75 mil más de bóveda, 80 toneladas de cal, 100 trocadas de arena y cinco toneladas de cemento, fueron algunos de los materiales que requirió la mega obra. Por mano obra se pagaron 6 mil pesos, más 3 mil de los enjarres tanto del interior como del exterior.

Para el cronista Marcos Cortes Gómez, sería un error derribar el edifico porque fue construido con mucho esfuerzo del pueblo, en especial de los cientos de albañiles que trabajaron en la obra que inició su construcción en 1945.

Para don Marcos, además de su belleza arquitectónica, el rescate del inmueble le conmueve porque a él le tocó estrenar “la escuela de niños”, como fue conocido, ya que inició su labor educativa en 1946.

“Uh, era una chulada para nosotros, tiene un patio muy grande donde correteaban ahí a la hora del recreo, los grupos no eran muy numerosos pero sí me acuerdo exactamente. Me acuerdo perfectamente, al centro estaba la dirección, acá a la entrada estaba primero y segundo; luego después de la dirección estaba tercero, cuarto, quinto y sexto”, rememoró.

Ahora, el edificio permanece vacío con severos daños estructurales en espera de que sea restaurado y su vez utilizado para fines culturales o administrativos.

 

Adiós, Terruño

Hoy tres de julio, se confirmó la muerte del cantautor jocotepense Fernando Zamora Sánchez, conocido popularmente como “El Terruño”.
Zamora Sánchez nació en Panales, un pueblito del municipio de Salvatierra, Guanajuato, en 1964. El talento le corría por las venas. Pertenece a una familia de músicos y cantantes, empezando por sus padres y siguiendo por sus 14 hermanos. Sin embargo, él fue el único que se dedicó profesionalmente a la música.
El Terruño fue otros de los tantos que llegó para quedarse a Jocotepec, cautivado por su belleza.
“Estoy enamorado del lago desde que llegué; entro y salgo pero siempre aquí. Me encanta, para mí tiene magia, es como si mis raíces estuvieran aquí”, dijo en una entrevista.

Estos son los 8 Cristos que se pueden visitar en la cabecera.

¿Conoces los 8 Cristos que hay en Jocotepec?

Miguel Cerna.- Al hablar de Cristos en Jocotepec nos remite automáticamente al Señor del Monte y al Señor del Huaje, y como no, si tiene más de 300 años con nosotros; pero ¿Sabías que hay otros seis crucifijos distribuidos a lo largo de la cabecera?

Aunque pasan desapercibidos para la mayoría de los ciudadanos, quizá por la predominancia del culto hacía el denominado Patrono del pueblo, en la Parroquia de Jocotepec residen cuatro Cristos más.

Estos son los 8 Cristos que se pueden visitar en la cabecera.
Estos son los 8 Cristos que se pueden visitar en la cabecera.

  • El Cristo de Las Visitas

Se trata de crucifijo de apenas 30 centímetros de alto que fue elaborado con la misma madera con las que se esculpió al Señor del Monte y al de Huaje. Una peculiaridad de este es que por un costado tiene una apertura entre las costillas y se puede ver una pieza que figura un corazón el cual cuando se mueve late.

Los Cristos para Viacrucis

Es un juego de tres Cristos que eran utilizados durante la Semana Santa para la representación de la Pasión de Cristo, se trata de tres esculturas de madera de tamaño natural con extremidades articuladas, que datan del siglo XVIII.

  • El Señor de la Humildad

Es una escultura que representa a Cristo en los momentos previos a su crucifixión y muerte. Se encuentra en el extremo izquierdo del templo, donde antiguamente era el bautisterio.

  • El Divino preso

Es la advocación de Jesucristo orando en el huerto cuando los Soldados Romanos lo apresan. Esta imagen está colocada en el costado izquierdo de la nave principal, justo a la entrada.

  • El Santo Entierro

Este tipo de escultura tenía la función de estar en la cruz durante casi todo el año, para ser bajada durante el viernes santo y colocada en el sepulcro. Actualmente se encuentra a un lado del Señor de la Humildad.

  • Cristo de la Ascensión

Saliendo de la parroquia, pero a menos de una cuadra se encuentra esta imagen en una vivienda de la Calle Ramón Corona, se dice que este Cristo era parte de los bienes del templo, el cual fue escondido entre las paredes de una de las casas cercanas a la iglesia durante la época de la Cristiada para que no fuera destruido.

  • San Salvador

Esta imagen está colocada en una vivienda ubicada por la calle Nicolás Bravo, al oriente de la cabecera. Originalmente perteneció a una hacienda, la escultura que data del siglo XVIII cuenta con rasgos filipinos que era algo común en esa época ya que muchos de los navíos que se dirigían de Europa para América arribaban por Filipinas.

Agradecemos la información brindada por la historiadora Diana Machuca para la publicación de este artículo.