Desear como recién nacidos la leche espiritual.
Hace unos días, platicando con mi hermana, ella me comentaba que dejó unas horas a mi sobrino, que es apenas un bebé, mientras fue al gimnasio. Claro está, lo dejó con su marido. Cuando regresó, el bebé, que ya había comido, solo quería estar con ella. Quería ser alimentado de la leche de su madre.
Esto me hizo recordar dos cosas:
La primera, que los bebés que son alimentados de leche materna crecen más sanos, pero también les da más seguridad ya que no se sienten solos. El apego que se da entre madre e hijo los hace crecer más seguros.
Y lo segundo es: Este versículo : 1 Pedro 2: 2 Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcamos en salud.
Así como los bebés que anhelan ser alimentados por la leche materna, que anhelan estar cerca de su madre, nosotros debemos anhelar así, la palabra de Dios en nuestras vidas, y la comunión con Dios sobre todas las cosas. Alimentarnos de la Palabra de Dios, llenara nuestras vidas, y sera saciada asi nuestra alma. Con esto creceremos así como los bebés, que son alimentados por leche materna. Creceremos más sanos y fuertes, y nos dará mayor seguridad en la vida al pasar tiempo con Dios, nuestro creador.