Aquí en este edificio que ven, ahorita es el Auditorio “Marcos Castellanos”, pero antes de esto fue la terraza municipal, donde se hacían aquellos bailes con orquestas chingonas, como la de Luis Alcaraz, la Sonora Santanera y algunas otras.
Las personas que asistían, se ponían sus mejores vestimentas para ir presentables y, como dice el dicho, “QUE TIEMPOS AQUELLOS”, pero vamos a irnos mucho más antes de esto, cuando era la plazuela.
Ahí, a la hora del recreo de la escuela Paulino Navarro, salíamos a jugar al futbol entre camaradas y, si por algún motivo había una inconformidad entre dos jugadores, se ponían de acuerdo y a la salida se arreglaban a puño límpio, y nadie se metía a desapartarlos hasta que alguno se rendía.
Luego se daban la mano en señal de que no habría rencores en lo futuro y amigos como siempre; a mí me tocó dos veces, una la perdí y otra la gané.
También quiero comentarles que en este lugar se acomodaban las cantinas en las fiestas de enero; pero no, no crean que eran como las de hoy, no, estas eran de muchachas alegres, y los mayores se acercaban a echar su bailada con ellas y uno de fisgón, pues nos echábamos nuestra matiné gratis.
Y también les digo que fue el primer basurero de la población, ahí se tiraban toda clase de basura, incluyendo animales muertos y, para ahorrar camino, había una vereda de la tienda de Adolfo Salazar hasta la esquina de la escuela, y de la esquina de la lavandería hasta con Güello Gálvez (Q.P.D) y ahora convertido en el Auditorio.
Escribió Chico Hernández.
LUEGO SIGO CON OTRA HISTORIA,PARA QUE ESTÉN PENDIENTES