Author: J. Carlo Cuevas

David Aldrete es un joven que ha triunfado profesionalmente al combinar tres de sus grandes pasiones: Su carrera, su deseo por viajar y sobre todo, su interés por ayudar a las personas. David es Ingeniero Biomédico por la Universidad de Guadalajara, carrera que eligió por reunir las áreas que más le gustan: medicina, electrónica y computación.

Aldrete Flores a la corta edad de 26 años, ha formado parte de diferentes instancias como el Hospital Militar y Ángeles del Carmen (donde realizó su servicio social), Laboratorios Pisa, Super Life (empresa dedicada a diseñar equipos médicos) y la última donde actualmente labora en Operation Smile; que es una organización sin fines de lucro que se dedica a dar tratamiento integral a niños, jóvenes y adultos con malformaciones faciales, principalmente labio o paladar hendido.El trabajo de Aldrete Flores consiste en ayudar a los médicos a instalar y reparar el equipo que se utilizará durante sus operaciones, él supervisa que el funcionamiento de cada aparato sea el óptimo y permita  así una operación éxito. Su trabajo con Operation Smile lo ha llevado a diferentes países como Inglaterra, China, Estados Unidos, Perú, Colombia, Honduras, Nicaragua, Panamá, Ecuador, El Salvador y por toda la Republica Mexicana. Entre los equipos médicos que más supervisa David, se encuentran la máquina de anestesia, Mesa quirúrgica y electrocauterio.

Dentro de las experiencias que lo han llenado de satisfacción fue cuando en una cirugía se operó a una niña que tenía problemas en su nariz, quien al regresar de la anestesia y con una sonrisa en su cara agradeció al equipo médico por la operación, pues ya podía respirar sin complicaciones.

El caso de éxito y dedicación de David debe inspirar a todos los jóvenes en creer en sus ideales pues como él mismo asegura “Cualquier cosa que realmente quieras y desees realmente hacerla, hay que dedicarle tiempo y ser constante”, y ésta constancia continua rindiéndole frutos a un joven tan talentoso y admirable.

Miguel Ramírez ha entregado al trabajador del campo y del lago una de sus mejores herramientas para que el camino del agricultor y pescador sea más fácil ante su arduo andar, él teje huaraches de cuero que son el símbolo de un hombre trabajador, un símbolo de nuestra identidad.

Miguel se enseñó a tejer y fabricar este tipo de sandalia desde que era un niño; instruido por grandes conocedores del oficio y la talabartería: su hermano José Refugio Ramírez y su primo Jesús Ramírez, sin embargo Miguel no pudo dedicarse a este oficio familiar, él se dedico al trabajo de la construcción más cuando su el oficio se encontraba en declive, retomo la tradición de su familia: Producir huaraches de trabajo y uso cotidiano así como huarache de vestir también llamado de “banqueta” pues antes eran utilizados para días importantes.

Si bien la aparición de la bota de trabajo en la región marcó un momento importante en las producciones de huarache, esto no le impidió a Miguel que ayudado de su gran talento continuará con su oficio, inicio a realizar huaraches sobre pedido o cómo él lo llama a “hacer medidas”. Hoy en día el oficio se encuentra en auge, pues ha creado una línea de producción que no tiene competencia pues al ser de alta calidad simboliza que su producción continua siendo artesanal, con cueros de ternera con la mayor cantidad de fibras ( hoy en día se venden cueros con menos del 50% de fibras) y un estilo único.

Si bien las formas de vestir representan un cambio al paso del tiempo, los estilos que Miguel ha creado son muy diversos desde huaraches con correllón o sin éste, tres agujeros, tapado (un hibrido entre zapato y huarache) o inclusive un calzado especial para los pescadores, resistente al agua así como la humedad. Elaborar un huarache lleva alrededor tres días, implica hacer las plantillas de la suela, tejer los cueros, encorrillar, bordar o clavar las suelas y correas y con la ayuda de una cuña de madera aprovechar la humedad para obscurecer la madera para darle así su característico color ocre o café con la ayuda de pintura y anilina.

Artesanía sin tiempo:

Si bien las formas de vestir han representado un símbolo de cambio conforme transcurre el tiempo, hoy a sus 66 años, Don Miguel continua brindando huaraches a jóvenes, adultos y extranjeros, quienes .  Para Miguel cada vez más y más personas van aceptando el usar huaraches y no verlos de una manera despectiva, sino como una bella pieza del arte y folclor de un mexicano.  Su trabajo es diverso y variado, los precios de un par de este calzado pueden encontrarse desde los trescientos ochenta hasta los mil quinientos pesos, pasando así por huaraches para descanso, con suelo de baqueta, hule y los que son tapados. Hoy en día quien desee adquirir un par de huaraches y vivir el orgullo de nuestra identidad puede pasar al taller de Don Miguel en Guadalupe Victoria #178 sur, o contactarlo a su correo electrónico: zerimarjoco@hotmail.com

¡Es nuestra Identidad, es nuestro origen…es Joco Estampa!