Antiques.
Hace alrededor de un mes, andaba en un pueblito que me gusta mucho, se llama Carmel, CA. El downtown del pueblito tiene unas tiendas muy bonitas y mucho arte. Además esta pegado al mar y tiene una vista maravillosa. Es un pueblito que sin duda te gustará si lo llegas a conocer.
Recorriendo algunas tiendas, me percate de que había una tienda de “Antiguedades” o “Antiques”. Te lo escribo en los dos idiomas, porque parece que la palabra está muy de moda aun, y a mucha gente le gusta comprar cosas antiguas. A mi la verdad me gusta mas lo nuevo, pero me animé a entrar. La realidad es que la tienda tenía muchas curiosidades. Muchas cosas muy bonitas. Pero, me percate desde la entrada que olía a viejo. Olía como a humedad, y es por las cosas que ahi tenian. El olor para mi era un poco desagradable.
En ese instante pensé en este versículo: Marcos 2:22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.
Meditando en esto, me di cuenta que muchas veces nosotros somos así. Aunque se vea todo muy bonito, olemos mal en lo espiritual, ya que nuestro carácter y nuestras actitudes son las mismas de antes. Vivimos en constante enojo, ansiedades, quejas, etc. Queremos que Dios nos bendiga, y que cambie cosas en nuestra vida, pero tenemos que cambiar primero nosotros.
Dios tiene grandes cosas para tu vida, pero se harán realidad a medida que tu seas una nueva persona, que seas transformada por medio de la relación con Dios y por su palabra. Dios quiere derramar bendiciones en nosotros, pero con nuestras actitudes, no podemos recibirlas. Por eso debemos ser un nuevo odre, para que Dios pueda derramar nuevas bendiciones sobre nosotros.