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Recuerdos de mi niñez

 

15 de febrero del 2018. Me llamo Ricardo Miranda y acabo de ajustar 80 años de edad y me acuerdo mucho de mi infancia y de los amigos que jugaban con migo y se los voy a compartir. En el atrio de Joco no avía jardín era pura tierra y unas tumbas de algunos sacerdotes muertos y de flores nada mas una asalia roja. El atrio se  usaba para ir a ser del baño en la noche y los borrachos a cualquier hora. Nosotros chiquillos lo usábamos para jugar canicas. Con un palito de paleta asíamos una rueda en la tierra y  en medio de la rueda  poníamos las canicas que íbamos a apostar y ya nos poníamos de acuerdo quien iba a tirar primero desde Lugo el que tiraba primero tenía más ventaja de ganar porque las poníamos todas juntas y el primero le tiraba al montón y todas las que sacara fuera de la ruda eran para el asta que dejara de sacar y ya seguía el siguiente. Todas las canicas tenían nombre y valor pero no me acuerdo haber quien de mis amigos se acuerda y me ayuda a corregir, yo me acuerdo de las agüitas y que su valor era 5. Cada jugador tenía su ágata que era una canica grande que pudiera tirar con 2 dedos y con esa sacar las que estaban en la rueda y no dejar que el tiro se saliera de la rueda. Yo tenía el mío y le decía el cacaréalo porque de tanto jugar ya estaba todo cacarizo. Y casi diario mi madre me daba 3 sogas os con la soga del pozo porque llegaba mugroso y roto del pantalón de tanto jugar de rodillas. Luego les digo todos los vagos que jugaban con migo. Ricardo Miranda Ramos  Chico ponle una foto